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MUJERES INMIGRANTES. HISTORIAS DE VIDA

MUJERES INMIGRANTES. HISTORIAS DE VIDA

por Adriana Goñi Godoy

MUJERES INMIGRANTES. HISTORIAS DE VIDA

19/07/2009 por jogiro

Cuando se editó en 2004 el libro sobre “Mujeres inmigrantes. Invisibilidad y práctica cotidiana”, *utilizamos en el prólogo unas pequeñas historias de vida que ahora cuelgo aquí pues no se alejan excesivamente de la situación real que muchos viven en 2009. Por entonces, en Logroño más de seis mil mujeres con otro origen nacional trabajaron y soñaban. Colores, acentos, olores y sabores continentales, latinoamericanos, africanos y asiáticos se paseaban por las calles y parques de nuestra ciudad. Unas mujeres rubias de tez blanca y con los ojos muy claros se han parado en un escaparate; otras dos mujeres mulatas sacan a pasear a sus retoños y en la puerta del colegio avistamos unas mujeres que con el pañuelo sobre la cabeza ocultan un cabello negro y ensortijado. Claudia, Marta y Fátima son tres de esas mujeres y algo de sus vidas cotidianas se parece a esto.

Los sábados siempre son especiales para Claudia , al fin y al cabo son los únicos días que tiene libres desde que empezó a trabajar de interna al cuidado de una señora mayor con principios de demencia. Este sábado, además, es el cumpleaños de su madre y van a reunirse a comer todos los familiares y amigos que viven en Logroño.

Claudia se levanta temprano para envolver su regalo, un pañuelo de color azul que compró el sábado anterior. Una vez preparado el desayuno, ha levantado a Marisa, la señora a su cuidado, y la ha acompañado en el lento proceso del desayuno, aseo y vestido. Se le ha hecho un poco tarde, así que se da prisa para vestirse. Cuando ha llegado el hijo de Marisa ha salido rápidamente y ha ido derecha a comprar una modesta tarta para el postre. Algo nervioso se ha dirigido a la casa que su madre comparte en la C/ Huesca con dos parejas de amigos también de origen rumano. Es la primera invitada en llegar, así que puede disfrutar de un ratito a solas para felicitar y charlar con su madre. Tras el intenso abrazo y la apertura del regalo, que su madre agradece muchísimo, ambas se han sentado a comentar las gestiones que ésta ha hecho a lo largo de la semana.

Para Claudia es algo muy importante, ya que se trata de poder traer a su hija Cristina a España. Cristina solo tiene siete años y todavía vive en Rumanía con la hermana mayor de Claudia. Su madre le explica que los trámites parecen sencillos ya que, si la niña viene a Logroño, una vez empadronada podrá escolarizarse aquí y por tanto, contará con un permiso, al menos, hasta que terminen sus estudios.

Claudia no ha podido evitar las lágrimas, por fin, después de ocho meses en España sin ver a su hija podrá tenerla de nuevo aquí. Habrá que preparar el viaje y alojamiento de la pequeña, así que madre e hija se distribuirán ágilmente las actividades para la semana: quién acompañará a la niña, con qué empresa harán el viaje, cuánto dinero pueden permitirse invertir, en qué curso se debe matricular. a la niña, en qué habitación se alojará.

Luego, ambos han iniciado los preparativos para la comida, ya la hora prevista han llegado el resto de invitados, juntándose en total ocho personas. Los regalos, la comida, las risas y los abrazos han hecho que el día sea inolvidable y Claudia vuelve sonriendo a su trabajo. Son las nueve en punto de la tarde cuando llega, tiene que preparar rápidamente la cena de Marisa, desvestirla y acostarla. Claudia se acuesta temprano, tiene una larga semana por delante y está cansada, pero esta noche Claudia no se pregunta qué hace en España y si tiene sentido, hoy se siente tranquila, ha recibido la noticia que da sentido a todo el esfuerzo realizado.

Por su parte, Marta es de origen colombiano y llegó a Logroño hace más de tres años. Antes peregrinó mucho por diferentes ciudades y pueblos, pero decidió permanecer en Logroño donde consiguió un buen trabajo y regularizar su situación. Hace un mes logró abrir las puertas de su negocio, una pequeña peluquería que le supuso un esfuerzo de trabajo y ahorro grande pero que le reportó mucha satisfacción.

Como todos los lunes Marta madruga para llegar temprano a la peluquería y hacer las cuentas y gestiones previas a la apertura. Todavía tiene pocas ganancias y se ve apurada para hacer frente a los pagos mensuales, especialmente al préstamo y al alquiler. Sabe que su novio (español) quiere ayudarla económicamente para salir del apuro, pero esa opción prefiere desecharla mientras no sea imprescindible.

Cuando Marta llega a la peluquería no puede creer lo que ve, han vuelto a romperle las lunas del escaparate. Es la segunda vez que se lo hacen. Entra como puede, tratando de no pisar los cristales rotos que están por todas partes, y tras observar que no hay otros desperfectos comienza a recoger cayéndole las lágrimas. Cuando termina de dar las partes necesarias coloca un tablero en el escaparate y se dispone a atender a las clientas del día, no está dispuesta a perder un nuevo día de trabajo…

Las pocas clientas de la mañana, afortunadamente son de confianza y lejos de escandalizarse por el estado del local, animan a Marta. Cuando su novio se entera, acude deprisa a la peluquería y tras animar a Marta y tratar de restaurarle importancia a lo sucedido, consigue que un cristalero arregle el escaparate esa misma tarde.

Van juntos a comer y él le propone la posibilidad de irse a vivir juntos, a fin de cuentas están pagando dos alquileres y por tanto, desperdiciando el dinero y además así ella podrá dejar de compartir piso con cinco personas más. Marta se violenta con la proposición y elude la conversación, alegando la necesidad de marcharse y posponiendo su respuesta. Pasa una tarde muy mala, tiene que atender a las clientas mientras el cristalero hace un ruido infernal y el del seguro no para de hacerle preguntas acerca de posibles “enemigos”. Marta cierra la peluquería temprano y se lleva todas las facturas a casa para poder estudiarlas detenidamente.

Cuando termina de cenar un emparedado en la cocina de su casa, se encierra en su habitación a trabajar (no quiere que sus compañeros de piso sepan lo que hace). Más tarde de la una de la madrugada, agotada y deprimida, con las cuentas hechas, se da cuenta de la terrible situación: no puede pagar los alquileres del piso y del local de este mes, ni mucho menos enviar dinero a sus padres en Colombia .

Marta se plantea si no se ha precipitado, se asusta, la cabeza le va a estallar, solo tiene una solución, acepta la ayuda económica de su novio y plantearse en serio la posibilidad de adelantar su decisión personal de irse a vivir con él. Agotada, se queda dormida encima de la cama aún vestida.

Finalmente, sabemos que Fátima vino hace dos años en Logroño porque su marido le había dicho que el patrón le había ofrecido un contrato indefinido. Fátima estaba embarazada de seis meses pero no le importó dejar a su familia ya sus amigos, para reunirse con su marido, una vez que su padre le dio la bendición.

No sabía nada de Logroño, le habían contado que se parecía a aquellas ciudades que se veían en la televisión de Tetuán. Hizo el viaje, junto con sus otros dos niños, en la furgoneta de su vecino Hamed que vivía en Francia donde le habían contado que las manifestaciones de racismo eran siempre contra las personas de origen árabe. Por eso estaba contenta de que su marido le hubiera llamado desde una ciudad española alejada de aquel horrible lugar donde las noticias hablaron de persecución de árabes y bereberes como principales víctimas del odio al extranjero (El Ejido).

Después de cuatro años en Logroño, como todos los días, Fátima se levantó la primera para preparar el desayuno de sus hijos y de su marido. En esta época del año, Logroño era muy frío y Fátima recordaba los amaneceres cálidos de su tierra. Tras permitirse un breve espacio para el recuerdo, Fátima se puso en marcha, encendiendo las estufas de butano de reciente estreno, preparando el té, recalentando el pan y levantando, aseando y vistiendo por orden a los niños. Una hora más tarde, el autobús de la empresa reconoció al marido de Fátima y a otros empleados en la esquina de Doce Ligero con Primo de Rivera para trasladarlos al Polígono de Cantabria. A su vez Fátima, tomó el autobús de línea para desplazarse a trabajar al locutorio de un amigo de la familia en la calle Oviedo. Fátima empezó a trabajar allí hacía apenas tres meses. Estaba contenta, una vez que los niños eran mayores, ella podía trabajar para aportar dinero al hogar. Fátima trabajaba de lunes a sábado en horario de mañanas, ya que así lo había acordado con su marido, con el objetivo de atender la casa y los niños el resto del día. Como siempre Fátima se mostró amable con los clientes que acudieron al locutorio. Una vez finalizado el turno, corrió como todos los días a casa de su amiga Hannan, quien le recogía a los niños del colegio y cuidaba de ellos hasta su regreso. Aquel día la niña estaba disgustada y se echó en brazos de su madre cuando esta apareció en la puerta: “no quiero volver al colegio mamá, las niñas no quieren ser mis amigas y me han llamado mora de mierda”… Fátima miró con disgusto a su amiga Hannan quien le hizo un gesto tranquilizador. Cuando Fátima llegó a casa con los niños, su marido observó su disgusto y buscó un espacio para comentar lo sucedido. Ambos llegaron a la conclusión de que Fátima fuera a hablar con la profesora de la niña para comentar lo sucedido y solicitar su intervención en las situaciones como la acontecida. Más tranquila, Fátima puso la comida para todos y cuando llevó a los niños al colegio por la tarde habló con la profesora, una vez aclarada la situación y con el compromiso por parte de la docente de interceder en la situación, Fátima se marchó a hacer unos recados y volvió a casa cargada de compra. La noche fue tranquila, todos durmieron bien, excepto Fátima que tardó en conciliar el sueño.

Estas son historias de vida cotidiana, la vida cotidiana de muchas mujeres de la ciudad de Logroño, de miles de mujeres, que con su testimonio nos han ayudado a entenderlas mejor, a comprender sus problemas y atender a sus necesidades. Sus relatos nos han ayudado a conformar una historia de la mujer de Logroño con una característica particular que es su origen nacional, necesariamente distinta al español. Esta historia de mujeres de Logroño es la historia de la mujer inmigrante en Logroño y por tanto queremos agradecer su amabilidad la contarnos su historia en aquellos temas que les hemos demandado.

4pRosa

3pDoricaDorinaDoina2

5pDuniaNubiaNela

7pGavrilescu2

9pKatty3

10pMariana2

11pNelly2

13pAI

15'pQueen1

16pYordanca

17pSvetana2

*https://www.researchgate.net/publication/292775182_Mujeres_inmigrantes_Invisibilidad_y_practica_cotidiana

“Memorias de la violencia política en Chile: narrativas generacionales del periodo 1973-2013”

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Proyectos de Investigación

 Proyecto Fondecyt Regular N° 1140809 “Memorias de la violencia política en Chile: narrativas generacionales del periodo 1973-2013”

Esta investigación busca comprender las memorias colectivas sobre la violencia política ejercida por el Estado en la historia reciente de Chile (1973-2013), que construyen distintos actores sociales desde diferentes posiciones generacionales, así como la forma en que éstos significan la relación entre dicha violencia y su propia acción política. Para ello se trabajará con personas que en el período referido, y siendo jóvenes, hayan participado activamente de movilizaciones sociales y políticas que cuestionan el orden social. Considerando la importancia de estudiar las generaciones en relación a los acontecimientos históricos en torno a los cuales se constituyen, se distinguen tres momentos de nuestra historia reciente: el contexto de las movilizaciones (protestas) de los años ochenta, el contexto de apertura del tema de la violencia de la dictadura y su continuidad en democracia en los noventa motivado por la detención de Pinochet en Londres, y el contexto de auge de las movilizaciones sociales de la última década.

 Proyecto Concurso Investigación Bicentenario FACSO: “Memorias, generaciones, experiencias, género y materialidades: análisis semiótico material del discurso de no-víctimas de violaciones a los Derechos Humanos”

El proyecto desarrolla una profundización del análisis de los resultados obtenidos en el Fondecyt Regular Nº 1110162 “Construcción de relatos generacionales sobre nuestro pasado reciente (1970-1990) en el escenario de cuatro lugares de memoria de Santiago”, así como su difusión en la comunidad académica y no académica. El análisis se concentra en la dimensión generacional de los recuerdos, y la interacción de los y las participantes del estudio con los lugares visitados.

Project

Memorias de la Violencia Política en Chile: Narrativas Generacionales del período 1973-2013


El año 2013 en Chile se cumplen 40 años del golpe militar y 23 años del fin de la dictadura que le siguió, y a pesar del tiempo transcurrido el recuerdo de la violencia ejercida por el Estado y el miedo que esta produjo en la población, se hacen presente en las memorias de distintas generaciones de la sociedad chilena.
Al recordar nuestra historia reciente es habitual hacer referencia tanto a las manifestaciones sociales y políticas que se han producido en nuestro país en los últimos años como a la violencia con la que se les suele reprimir, comparando ambas con lo que ocurría en dictadura. El uso de elementos memoriales como claves de interpretación del presente es especialmente importante cuando se apunta a la violencia que la policía ejerce sobre los participantes de las manifestaciones, o aquella ejercida por instituciones del Estado contra grupos étnicos y otros actores sociales.
La interpretación de la violencia del presente se hace en clave de pasado, y lo que permite esta continuidad es la memoria colectiva, que articula pasado-presente-futuro estableciendo vínculos entre la violencia de la dictadura y aquella ejercida en democracia. Los significados construidos en este proceso de articulación son diversos y dependen, entre otras cosas, de las posiciones generacionales y las experiencias colectivas de violencia, amenaza y miedo de quienes llevan a cabo acciones políticas que cuestionan o tensionan el orden social.

En el escenario actual de multiplicidad de conmemoraciones del Golpe de Estado, de auge de movilizaciones sociales que demandan cambios y rupturas respecto de los legados de la dictadura, y donde el Estado intenta controlar esos movimientos a través de la utilización de la violencia,  Investigaciones anteriores han mostrado la necesidad de abordar dichas relaciones considerando en primer lugar una mirada amplia que incluya no sólo a víctimas y activistas de agrupaciones de derechos humanos, sino también a ciudadanos que han participado activamente en distintos contextos de movilización política; en segundo lugar ampliar el campo temporal de estudios de la memoria incorporando el periodo post-dictatorial y el presente; y por último utilizar un enfoque generacional que permita definir cada generación a partir del contexto y de los acontecimientos socio-históricos que las agrupan simbólicamente.

A través de métodos cualitativos esta investigación busca comprender las memorias colectivas sobre la violencia política ejercida por el Estado en la historia reciente de Chile (1973-2013), que construyen distintos actores sociales desde diferentes posiciones generacionales, así como la forma en que éstos significan la relación entre dicha violencia y su propia acción política. Para ello se trabajará con personas que en el período referido, y siendo jóvenes, hayan participado activamente de movilizaciones sociales y políticas que cuestionan el orden social. Considerando la importancia de estudiar las generaciones en relación a los acontecimientos históricos en torno a los cuales se constituyen, se han distinguido tres momentos de nuestra historia reciente: el contexto de las movilizaciones (protestas) de los años ochenta, el contexto de apertura del tema de la violencia de la dictadura y su continuidad en democracia en los noventa motivado por la detención de Pinochet en Londres, y el contexto de auge de las movilizaciones sociales de la última década.

Asumiendo que recordamos construyendo narrativas sobre el pasado, se utilizará el método de Producciones Narrativas para construir colectivamente memorias de la violencia política en Chile. Dicho método implica la elaboración de relatos relativos al fenómeno investigado a partir de sesiones de trabajo en las que investigadores y participantes reflexionan conjuntamente sobre el tema, culminado en la construcción de un relato conjunto que constituye la memoria de los actores involucrados.
Las producciones narrativas permitirán analizar y comparar las diferentes narraciones generacionales, estableciendo sus características, semejanzas, diferencias y relaciones.
La comprensión de las memorias colectivas de la violencia política de la historia reciente de la sociedad chilena permite reflexionar críticamente en torno a los modos en los cuales dicha violencia es recordada y significada colectivamente, lo cual es vital para contribuir a la construcción de una cultura democrática y de respeto a los derechos humanos.
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Isabel Piper

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Sep 13, 2016

 

MASCULINIDADES E IGUALDAD: LA VIOLENCIA DE GÉNERO SIMBÓLICA

MASCULINIDADES E IGUALDAD: LA VIOLENCIA DE GÉNERO SIMBÓLICA

Os traemos una nueva entrega de la serie “Masculinidades e Igualdad” del Blog de la Fundación iS+D. En esta octava entrada reseñamos el artículo de Julián Fernández de Quero, Licenciado en Psicología, Sexólogo, miembro de AHIGE y colaborador habitual en la revista Hombres Igualitarios. Un texto trata temas tan importantes como la violencia de género, la construcción social del género y sus consecuencias.

Julián Fernández de Quero
Licenciado en Psicología, Sexólogo, miembro de AHIGE y colaborador habitual en la revista Hombres Igualitarios

“La violencia de género simbólica”

La Comisión de la ONU sobre el Estatus de la Mujer, en su 57ª sesión, en marzo de 2013, centró sus debates en la eliminación y prevención de todas las formas de violencia de género. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, describió estas prácticas como una “bochornosa y silenciosa pandemia global, en la que siete de cada diez mujeres en el mundo sufren golpes, violaciones, abusos y mutilaciones a lo largo de sus vidas”.

Estamos, pues, ante una pandemia alimentada y sostenida por una determinada forma de organizar las relaciones entre hombres y mujeres. Esta específica forma se llama la Cultura de los Géneros, una construcción ideológica que justifica las injusticias, discriminaciones y desigualdades que produce el Patriarcado, un determinado sistema de relaciones sociales, políticas y económicas que otorga el poder a los hombres y somete a las mujeres a la servidumbre y la desigualdad.

La raíz de la violencia de género se encuentra en la educación y socialización de la infancia y de la juventud.

Las expertas se preguntan cómo es posible que, todavía hoy, con todas las medidas que se han tomado y todo lo que ha cambiado la sociedad en favor de la igualdad entre los géneros y de los derechos de la ciudadanía, se detecte a un gran número de parejas jóvenes machistas, que practican el machismo y presumen de ello. La respuesta es que no hemos ido a la raíz del problema: la educación y la socialización. Mientras persista esa violencia simbólica de género en los comportamientos, en las actitudes, en los medios de comunicación, en las artes, en la literatura, será difícil corregir  el problema de la violencia de género.

Toda la sociedad está impregnada por esta Cultura de los Géneros que solo se puede combatir desde un radical cambio de intervención educativa, que convierta en modelo educativo oficial la coeducación y en un radical cambio de socialización.

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Por Julián Fernández de Quero
julianfernandez

Licenciado en Psicología, Sexólogo, miembro de AHIGE y colaborador habitual en la revista Hombres Igualitarios, ha sido presidente de la Sociedad Sexológica de Madrid y la Fundación Sexpol para el desarrollo de la salud y el bienestar sexual. Fue reconocido como “Hombre por la Igualdad 2009” por el Foro de Hombres por la Igualdad y ha sido colaborador del consultorio sexual para jóvenes dentro del programa Redjóvenes.es, subvencionado por el INJUVE.

 

 

 

La violencia de género simbólica

Por Julián Fernández de Quero

Según las estadísticas del Ministerio de Sanidad, en lo que va de año son 49 las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas. La media de los años anteriores está en las 60 víctimas. Y yo me pregunto: ¿Si las 60 mujeres asesinadas por violencia de género lo hubieran sido por actos terroristas, de ETA o de los yihadistas, qué estaría haciendo el gobierno? Estoy seguro de que habría incrementado el presupuesto del Ministerio del Interior, habría reforzado las unidades policiales dedicadas a perseguir el terrorismo, habría reformado las leyes para facilitar la labor de la policía, asistiría a todos los funerales de las víctimas y estaría permanentemente en los medios para informar de los avances en la extirpación del terrorismo. ¿Por qué no hace lo mismo con la violencia de género? ¿Por qué no se crean más Juzgados Especializados en Violencia de Género, por qué no incrementa la plantilla de jueces y demás personal dedicado a este tremendo tema? ¿Por qué no fomenta la formación e información de todos los agentes públicos y sociales que intervienen en el proceso, por qué no aumenta las medidas de protección y prevención, por qué no fomenta y apoya la educación en la igualdad en los colegios e institutos? ¿Por qué, por qué, por qué…? Para encontrar respuestas, hay que contextualizar el problema a nivel mundial. La Comisión de la ONU sobre el Estatus de la Mujer, en su 57ª sesión, en marzo de 2013, centró sus debates en la eliminación y prevención de todas las formas de violencia de género. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, describió estas prácticas como una “bochornosa y silenciosa pandemia global, en la que siete de cada diez mujeres en el mundo sufren golpes, violaciones, abusos y mutilaciones a lo largo de sus vidas”. Estamos, pues, ante una pandemia alimentada y sostenida por una determinada forma de organizar las relaciones entre hombres y mujeres. Esta específica forma se llama la Cultura de los Géneros, una construcción ideológica que justifica las injusticias, discriminaciones y desigualdades que produce el Patriarcado, un determinado sistema de relaciones sociales, políticas y económicas que otorga el poder a los hombres y somete a las mujeres a la servidumbre y la desigualdad. Por eso es tan difícil combatir la violencia de género física, porque ella es la punta del iceberg que asoma en la superficie social. Debajo se extiende una gran masa formada por la educación, la socialización, los valores y prejuicios, los mandatos de género, que convierten a la mayoría de la población en cómplice de los asesinos, con su silencio, su tolerancia, su mirar para otro lado, su ignorancia al creer que esta violencia no les afecta a ellos y ellas, cuando son ellos y ellas las que están educando y socializando a sus hijos e hijas y a sus alumnos y alumnas para que sean futuros maltratadores y asesinos. La raíz de la violencia de género se encuentra en la educación y socialización de la infancia y de la juventud. Las expertas se preguntan cómo es posible que, todavía hoy, con todas las medidas que se han tomado y todo lo que ha cambiado la sociedad en favor de la igualdad entre los géneros y de los derechos de la ciudadanía, se detecte a un gran número de parejas jóvenes machistas, que practican el machismo y presumen de ello. La respuesta es que no hemos ido a la raíz del problema: la educación y la socialización. Mientras persista esa violencia simbólica de género en los comportamientos, en las actitudes, en los medios de comunicación, en las artes, en la literatura, será difícil corregir el problema de la violencia de género. ¿Cómo podemos visualizar esa violencia simbólica? Principalmente, por los mitos y falacias a partir de los cuales se construyen los roles de género. El principal mito es el de la Fuerza Masculina y la Belleza Femenina convertidas en ideales de conducta. El ideal del hombre es el del Héroe: valiente hasta la temeridad, duro ante la adversidad, agresivo para la conquista y la aventura, narcisista para ambicionar el poder, generoso con los compañeros y protector de los débiles. Este ideal sigue vigente si tenemos en cuenta el atractivo que tiene para los jóvenes las películas de acción, los cómics de superhéroes, los programas televisivos en los que los chicos lucen sus cuerpos moldeados por el gimnasio, los deportes de alto riesgo, como la fórmula 1, el motociclismo, el ciclismo, el montañismo, etc. Siguen siendo ámbitos dominados por los hombres. En la enseñanza, el comportamiento del alumno rebelde, pícaro, mal estudiante, fanfarrón y pendenciero sigue teniendo altas cotas de valoración entre chicos y chicas, frente al alumno templado, prudente, buen estudiante, pacífico y empático que sigue recogiendo los motes despectivos de cerebrito, empollón, gallina, etc. El ideal de la mujer, que antes era triple, dirigido a tres tipos de mujer distintos: la seductora para el placer, la concubina para los cuidados y la esposa para la reproducción y crianza, ahora se ha unificado en uno: la Diosa que reúne belleza y seducción erótica, junto con una debilidad por la maternidad y las criaturas que puede hacer compatible con una gran capacitación profesional. Tres en uno, la superwoman, capaz, cuando es joven, de participar en concursos como “Hombres y Mujeres y Viceversa” o “Gran Hermano”, conseguir un expediente escolar brillantísimo y derretirse de ternura ante la presencia de un bebé y, cuando es mayor, compatibilizar un trabajo remunerado con llevar un hogar y criar a su prole, y, además, estar seductora y excitante para su marido. Los roles de género que se construyen a partir de estos mitos e ideales se pueden pormenorizar en miles de comportamientos que rellenan el día a día de hombres y mujeres y que es lo que se llama micromachismos: Desde la estética en el vestir, la forma de expresarse, la gestión de los sentimientos y emociones, la ocupación de los espacios en el hogar, la monopolización del mando a distancia, las actitudes ante las tareas domésticas, la ocupación de los espacios de poder en el trabajo, en la política, en la economía, la desigual valoración salarial del trabajo según lo hagan mujeres u hombres, la diversas actitudes ante las responsabilidades derivadas de la crianza, la forma de vivir el amor romántico. En fin, toda la sociedad está impregnada por esta Cultura de los Géneros que solo se puede combatir desde un radical cambio de intervención educativa, que convierta en modelo educativo oficial la coeducación y en un radical cambio de socialización que genere rechazo y desprestigio para los programas basura de la televisión y para los audiovisuales de acción y violencia, tanto en cine, como en cómics o en videojuegos. Mientras nuestros jóvenes sigan considerándose HOMBRES y nuestras jóvenes sigan considerándose MUJERES, y ninguno tome la conciencia necesaria para considerarse PERSONAS Y CIUDADANAS, proponiéndose una labor cotidiana de cambio de conductas machistas por otras igualitarias, seguiremos fomentando el caldo de cultivo social del que surgen los asesinos que matan a sus parejas porque “o son mías o de la tumba fría”.

Post: Antes de la colonia, los nativos americanos reconocían 5 géneros

Distintas tribus como los Navajo, los Cheyenne y los Cherokee utilizaban el término «gente de dos espíritus» antes de las imposiciones morales cristianas que llegaron con la Conquista.

Origen: Post: Antes de la colonia, los nativos americanos reconocían 5 géneros